Con las domiciliaciones de las nóminas o de las pensiones, las entidades financieras se aseguran ingresar una cantidad de dinero continuada. Es este uno de los motivos por los que promocionan las llamadas cuentas nómina, productos bancarios destinados a tal efecto, ofreciendo varios beneficios a sus posibles clientes. Entre otros, les obsequian con regalos, prometiendo rentabilidades, eliminando comisiones, facilitando formas de pago...
Pero no existe un criterio único ni un banco idóneo para todas las necesidades ya que cada usuario es diferente y tiene sus propias condiciones. Así, los futuros clientes, antes de decidirse por una cuenta nómina concreta, deberían analizar y comparar la oferta existente y elegir la que más se adecúe a sus preferencias.
Entre los aspectos que se deberían analizar antes de contratar una cuenta nómina en un banco destacan los siguientes:
La operativa que se puede llevar a cabo con las cuentas nómina es amplia. Dependiendo de la entidad, además de la nómina, permiten domiciliar recibos, realizar transferencias, asociar traspasos, ingresar cheques, disponer del dinero a través de las oficinas de la entidad y sus cajeros, vincular tarjetas de crédito y débito, operar a través de Internet…
Con todo, las podemos dividir en dos clases. Las describimos a continuación: