Encontrar préstamos con aval puede convertirse en tarea complicada si no sabemos qué documentación aportar ni cómo identificar aquellos que tienen mejores condiciones. Por suerte, en CrediMarket te lo ponemos fácil. Entra en nuestro comparador y analiza, de forma personalizada, cuál es la opción que más te interesa. Sencillo y rápido.
Los préstamos con aval son préstamos en los que el banco o entidad financiera nos exigen una garantía de pago. Es decir, en caso de impago, será el aval el que responda por nosotros. O sea: si no abonamos el préstamo en los términos y condiciones acordados por contrato, haremos frente a la deuda a través de el aval.
Es la forma que tiene la entidad de asegurarse que no perderá el dinero prestado. Por supuesto se trata de una modalidad de financiación que entraña riesgos y que posee sus propias particularidades. Asimismo, se puede avalar un préstamo de forma total o parcial, algo que puede resultar bastante interesante según el caso.
En un préstamo con aval podemos encontrarnos con tres tipos de avales: aval personal, garantía, y aval bancario. El primero de los casos es el más conocido. Un aval personal es una persona física, un tercero que responde en caso de impago. Contrae las mismas obligaciones que el prestatario, de manera que en caso de impago, asumirá la deuda y responderá por el crédito con su dinero, bienes y demás (presentes y futuros).
Hay que saber que si dejamos de pagar un préstamo con aval personal, y nuestro avalista se hace cargo de la deuda, puede reclamarnos que le devolvamos ese importe.
Las garantías son otro tipo de aval. Se trata de una propiedad o bien de valor similar o superior a la cantidad que se solicita con el préstamo. En caso de impago, esta propiedad se pierde. Lo habitual es que estas garantías sean bienes inmuebles, vehículos y similares, según el caso. Aquí es clave analizar si conviene asumir el riesgo.
Y los avales bancarios son, en lugar de una persona, entidades bancarias. Ellas son las que asumen el impago y la responsabilidad ante un tercero en caso de que no saldemos la deuda. Por lo general, los bancos suelen avalar únicamente a clientes propios. Por eso esta modalidad es un tanto más complicada.
Atendiendo a los tipos de aval comentados en el punto anterior, podemos diferenciar también entre tres clases de préstamos con aval:
Cada uno de estos productos entraña sus particularidades y requisitos. La conveniencia de decantarse por uno u otro dependerá de cada caso. Pero todos ellos implican un “extra”, un compromiso adicional y un riesgo que no se asume con otras vías de financiación.
También hay que matizar que no todos los préstamos se pueden avalar. Sin embargo, sí puede hacerse con: los préstamos personales de importes elevados, los préstamos empresariales para personas jurídicas y los préstamos hipotecarios.
En casi todos los casos estamos hablando de préstamos con aval que implican grandes cantidades de dinero y que, consiguientemente, conllevan una dificultad mayor a la hora de devolverse.
Al margen de la modalidad que escojamos, los préstamos con aval comparten las siguientes ventajas clave:
Los préstamos con aval también tienen sus contras y, de hecho, entrañan un riesgo superior que otros préstamos sin avales:
Los préstamos con aval pueden ser una opción interesante para aquellas personas que no cuentan con un perfil financiero “óptimo” a los ojos de las entidades financieras. Por ejemplo, porque se encuentran desempleados, en ficheros de morosidad como ASNEF, porque su ratio de endeudamiento supera lo ideal, o porque carecen de ingresos suficientes y/o regulares, entre otros motivos.
Un préstamo con aval también puede ser recomendable para quienes no pueden solicitar una cantidad alta de dinero. Es decir, para acceder a más capital en caso de necesitarlo. Por el contrario, hay que tener en cuenta que las condiciones de esta clase de créditos suelen ser peores que las de otros productos de financiación que no requieren aval, como los préstamos personales al uso. Aunque no podemos olvidar que hablamos en términos generales y que esto podría cambiar según el caso.
El avalista (en caso de optar por un aval personal para nuestro préstamo) responderá con su dinero y bienes futuros y presentes. O sea, asume las mismas obligaciones que el prestatario, o sea, el que recibe el capital del préstamo. Eso sí, si no paga, podrá reclamarle con posterioridad. En resumen:
Determinar cuál es el mejor préstamo con aval del mercado es complicado. Básicamente porque las condiciones dependerán del banco y entidad financiera, pero también del dinero que pidas, del plazo en el que quieras devolver el dinero, de tu propio perfil de crédito y mucho más.
No obstante, para identificar un buen préstamo con aval te recomendamos que prestes atención a los criterios habituales:
Generalmente, casi todos los banco y financieras te pedirán que cumplas con una serie de requisitos para solicitar un préstamo con aval. Los más comunes son:
Generalmente, figurar en ficheros de morosidad como ASNEF suele dificultar el acceso a casi cualquier tipo de financiación. No obstante, puede haber algunas excepciones.
De ahí la importancia de comparar las condiciones de los préstamos con aval de las principales entidades del mercado. Hazlo en Credimarket en solo unos minutos. Es fácil y rápido.
A la hora de solicitar un crédito con aval necesitarás presentar la documentación que sirva para verificar que cumples con los citados requisitos. Te recomendamos que tengas preparados los siguientes papeles, aunque recuerda que pueden cambiar según tu situación financiera, la entidad, y otros factores. Pero a priori te pedirán:
En la actualidad hay numerosas financieras de capital privado y bancos que conceden préstamos con aval. De ahí que no sea muy complicado encontrar uno con buenas condiciones. Sin embargo, el proceso de comparativa puede complicarse. Por suerte, en CrediMarket.com contamos con un simulador de préstamos que te ayudará a conseguirlo con éxito. Trabajamos con las mejores entidades del mercado y te damos todas las garantías.
Solo tendrás que seleccionar para qué necesitas la operación (de entre una lista predeterminada, introducir la cantidad que requieres, decirnos tus ingresos mensuales y tu situación laboral (antigüedad y si estás afectado por un ERTE también), si estás en algún fichero de morosos y darnos algunos datos personales. Acto seguido recibirás tu listado de préstamos personalizado.