Históricamente, y en la actual época de crisis todavía más, la financiación se ha convertido en uno de los grandes problemas que las pequeñas y medianas empresas (PYMES) deben sortear. Encontrar préstamos o vías de financiación acordes a sus necesidades (capital, plazos de amortización, cuotas…) es una tarea harto complicada.
En España, el año 1983, se pusieron en marcha los préstamos participativos. Están regulados por ley en el Real Decreto 7/1996, de 7 de junio, modificada por la ley 10/1996 de 18 de diciembre. A continuación detallamos sus características.
Se trata de un tipo de préstamo, a largo plazo y con posibilidad de carencia, dirigido sobre todo a la financiación PYMES que acaban de empezar. Su principal característica es que está dividido en dos tramos. El primero de ellos es similar a un préstamo tradicional mientras que el segundo incluye unas condiciones más flexibles.
Así, una parte de cantidad de dinero solicitada está gravada a un interés fijo en el que se suman un tipo de referencia, como por ejemplo el Euribor, más un diferencial que en muchas ocasiones es inferior al valor medio que se puede encontrar en el mercado.
La otra parte es a un interés variable. Ambas partes negocian sus características, diferentes según sea el perfil de la empresa, y se va desembolsando a medida que esta va consiguiendo sus objetivos. Entre otros, se puede asociar al beneficio neto que pueda obtener el negocio, el patrimonio que vaya adquiriendo, la culminación de un proyecto, las ventas que se realicen, las visitas, los clientes…
La procedencia del capital puede ser pública o privada. En este último caso también se le denomina Business Angels.
Para que un préstamo sea considerado participativo debe cumplir con una serie de características. Entre ellas:
Los principales requisitos para poder solicitar un préstamo participativo son:
Algunas entidades ofrecen en la actualidad préstamos participativos. Mostramos aquí las principales:
Pero no son las únicas. Y encontramos asociaciones que engloban parte de este tipo de entidades y las dividen por sectores. Entre otras, destacan la European Business Angels Network (EBAN), de la Fundación Privada para el Fomento de las Redes Business Angels en España (ESBAN) y de la Asociación Española de Business Angels (AEBAN).